Tiro con arco y respiración
"Al apuntar (mikomo, de miru, ver, y komu, hacer presión) el arquero no mira simplemente al blanco, sino que 'clava' o 'introduce a la fuerza' en él su visión, anticipándose, por decirlo así, al fin que debe alcanzar la propia flecha. La respiración del arquero debe regularse para concentrar la propia fuerza en la boca del abdomen -entonces uno puede decir que ha conseguido una comprensión verdadera del tiro con arco, donde, como en la salmodia, también en otros actos viriles como la producción de fuego por fricción, hacer una carrera o doblar un arco rígido, uno hace estas cosas sin aspirar ni exhalar, esto es, sin jadear, ni quedarse sin aliento, ni con excitación".
[Ananda K. Coomaraswamy, El simbolismo del tiro con arco, J. J. de Olañeta editor, Palma de Mallorca, 2007, p. 73].